¿En que me fijo?
Los parámetros que se observaron fueron las constantes vitales: FR (Frecuencia respiratoria), FC (Frecuencia cardíaca) y SatO (Saturación de oxígeno en sangre). Las franjas de valor en un prematuro no tienen nada en común con las de un adulto, ya que mientras, por ejemplo, en un adulto una taquicardia es a partir de 100 lat./min, en un prematuro menos de 100 lat./min se considera bradicardia. Lo mismo pasa con la FR, ya que cuanta más sangre bombee el corazón, más inspiraciones serán necesarias para aportar oxígeno al cuerpo.
A mi llegada al hospital, añadí también el parámetro de FiO2, ya que era importante saber que, si estaban recibiendo oxígeno externo, para saber a cuanto saturaba el paciente, debíamos de restarle al porcentaje de SatO2 el porcentaje de FiO2.
Una vez que los parámetros estaban claros, sólo debíamos observar si el paciente tenía algo tipo de afección que pudiera influir en la investigación, y como el resultado fue negativo, pasábamos a la parte práctica.
¿Alguna contraindicación?
El hecho de añadir una actividad más al día a día de los pacientes no difería con el resto de cuidados. En el 90% de las ocasiones, a la vez que se reproducía la música, el bebé estaba recibiendo cuidados, como pinchar una vía, cambiar pañales o hacer masajes torácicos, por lo que no interfería en las actividades rutinarias de cada paciente.